Mundo intoxicado
putrefacto ya perece,
lo destroza el poderoso
con su desproporcionada ansia
por ganar hasta la muerte.
El cielo
cual chimenea,
escupe veneno turbio,
asfixiante,que difumina
el paisaje que no existe.
Los peces
cadáveres nadando,
llenos de plomo en sus vientres,
en los ríos hediondos,
repugnantes, apestosos
que ya sólo zupia parecen.
Un bosque expédito
con árboles cortados,
gritando a las máquinas
destructoras sus llantos
con desesperación
que nadie escucha.
El rugir de las calles por
el tráfico extremado,
inunda de humo
a los pálidos transeúntes
con mascarillas disfrazados,
caminando desganados.
Y allí, algo que parece un nido,
no es más que el recuerdo de un pasado
que un día fue verde,
que algo a lo que le llamaban sol
tuvo,
donde fue felicidad
hoy es infortunio
y ya nada crece.
© Yvonne Torregrosa
Deja una respuesta