Olas de plomo y plata,
que mareáis a navíos
y a veleros sujetáis
y si con remanso venís
caracolas que me hablan
y llegan solas a mi oído.
Olas de plata y plomo
tan inmensa vuestra belleza,
grandiosa naturaleza,
que solo puedo miraros
y con embeleso amaros.
Quiero ser del mar,
de tan infinita alteza,
desbordada en su riqueza.
Dejo que esas olas
todo mi cuerpo abracen,
que emborrachen mis anhelos,
dóciles olas conmigo,
que acaricien mi piel,
y las profundidades del mar
despierten sentimientos dormidos.
Palabras de amor
en la arena de las playas
los amantes han escrito,
y corazones pintados,
con nombres dibujaditos,
cuando se enfadan las olas
de un vaivén lo borran todo
y ya para esos amores
volverá a ser nunca lo mismo.
Olas de plata
para mi cuerpo pido,
playa donde la mente
me hace viajar
a mis recuerdos queridos,
a mis recuerdos bonitos,
Y el plomo…
desde el horizonte,
allí lejano,
con entusiasmo lo admiro.
Olas de plata,
bordad con espuma blanca
los ribetes de mi cuerpo,
pintad con verdes algas
los paisajes de mi alma
y los corales regados
por vuestro plomo y vuestra plata,
dejadnos disfrutar
cual pintura en un museo,
con vuestra fuerza natural,
con el mar como lienzo
sin óleo y sin espátula.
© Yvonne Torregrosa
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