Enreda mi cabello entre tus dedos,
susurra tu sofocado aliento
en mi espalda,
secuéstrame bajo tu cuerpo,
atrápame en el algodón de tus sábanas.
Roza la piel de mi pecho,
desata el huracán de tu alma,
mece mi cuerpo en tus brazos,
saboreemos el perfume
en nuestro privado mar
de satén con almohadas.
Y con las alas de tu calma
hazme volar trémula y extasiada,
pronuncia muy despacito mi nombre
y repite mil veces cuánto me amas;
así, la luna alcanzaré cada noche
para que ilumine en la oscuridad tu cara.
Traza el mapa de mi vientre,
marca con tu boca en él
las distancias,
mide cada centímetro a besos,
limpiemos hoy nuestras culpas
y volvamos a pecar mañana.
© Yvonne Torregrosa
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