Firmamento lleno de estrellas
y cuerpos celestes,
entonad melodías sin música
con vuestro brillo seguid el son.
Plenos están los luceros,
gritando en silencio
acompasan la orquesta sin batuta
y sus destellos
marcan los ritmos
con ferviente pasión.
Entre las cuerdas de tu vieja guitarra
se pierden distraídas las notas,
hasta el murmullo del viento
me susurra aquella canción.
Sé que no la olvidarás nunca,
la cantábamos juntos.
Tú la entonabas mejor que yo.
Silenciosa está hoy la casa,
me pareció ver
en la penumbra tu sombra,
creí en los silencios del alba
escuchar tu voz.
Espejismos desatados…
son tu ausencia
y la de aquella
nuestra bonita canción.
Yvonne Torregrosa
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