Bello corcel en lienzo
un artista perfilaba.
A la caída del sol,
junto al ventanal
aclarado por la luna,
una suave luz lo ensalzaba.
Día a día, el esbelto rocín
nuevas formas pincelaba.
Noche de luna llena,
noche de luz hechizada.
A mano alzada el artista,
su obra, tocando el final,
miraba al bravo ruano
y cree que respiraba.
Vida hay en sus ojos,
fuerza se ve en sus ancas.
Su pelaje a manchas brilla,
larga peina su crin.
Los cascos altos se alzan.
Luna que de blanco
te has vestido,
astro que al caballo amas.
Se ha enamorado la luna
del potro tras la ventana.
Le admiraba caprichosa,
se le antojó darle vida
y regalarle hasta un alma.
Comenzó a trotar el penco
y la vidriera se quebraba.
El caballo ya galopa,
es libre por las montañas.
¡Luna, qué triste estás
en esta noche azulada!
Ante el caballo que con brío
su camino tú alumbrabas,
en los pastos pace tranquila
una joven yegua blanca.
El caballo que la ve
se acerca decidido a cortejarla.
Luna, tu amor no te quiere,
no ha alzado la frente,
ni el belfo.
No sabe él de tu pena,
no ha podido ver tus lágrimas.
Yvonne Torregrosa
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